sábado, 19 de junio de 2010


Quiero creer que fue mariposa, que estaba acostumbrado a beber del néctar de las flores más hermosas, explorando las cuevas suaves y húmedas de los bosques donde viven las ninfas perfectas que les gusta el amor pasajero o se dejan llevar por el poder de las caricias de las manos perfectas.Sentir el aliento de un hombre buscando el amor, un hombre de melena claro como la miel, ojos de mirada penetrante y labios deseosos de ser mordidos por la fuerza de la pasión.Esas mujeres… una que fue hace almohadas y terminó encima de los de la cama, otra que a pesar de no ser como a él le gustaba, gemía de una forma que a él le excitaba, otra que creía ser princesa del Medioevo le hacía el amor su caballero de armadura oxidada de tanto transpirar en el acto. Así y tantas antes y después.
Han pasado los años, el vino se vuelve más sabroso y los manzanos están en flor…y este hombre ha tropezado conmigo 13 años de distancia entre nosotros, muchas historias, muchos amores de él… ya no queda ni mariposa, no hay princesas del Medioevo, no existen los cojines hechos por la de pelo largo y ondulado, y muchas más, esas mujeres que me penan cuando estoy escribiendo estas líneas y siento este calor y agitado el corazón dentro de mi.¡Maldito! , maldito amor que tantas tuviste, maldito hombre, maldito… que haces que mis celos afloren como el ciruelo que quiere dar su fruta.
Pero aún así, caigo rendida a sus pies cuando me mira con esos ojos…Esa mirada, esa mirada que me quema por dentro y me hace sentir que he sido yo la única a quien se ha entregado con cuerpo y alma… aunque no sea cierto.