domingo, 25 de julio de 2010

Asi no mas


(La foto no tiene nada que ver con lo que escribo, pero me gusta)


Que molestia eso de viajar en el metro, uf! que agotador es eso. Me pregunto ¿Cómo hay personas que les gusta la vida en la ciudad? ¡Dios mio!.


Lo que más quiero en la ida es irme a vivir al campo, cuanto envidio a esa gente que tienen sus gallinas, sus perros, sus pajaritos, sus tierras. Cada dia que salgo de mi casa al trabajo se me hincha el colon con el solo echo de pensar que debo correr de un lado para el otro, primero para alcanzar el colectivo o la micro que me lleve a la estación de la plaza para tomar el metro y alcanzar un asientito para irme a la estación terminal para luego hacer la combinación para el otro tren que me lleva a tomar la otra micro para llegar por fin a mi destino final, o sea con eso me doy 1 hora y media de viaje, si no 2 horas.


Trato de encontrar el lado bueno al asunto. Sobre todo al regreso a casa, trato de venirme por el otro camino, pasar por los cafés de moda del centro de la ciudad, por la plaza de armas para hacer más gentil mi viaje, trato de juntarme con Jorge y caminar juntos con la buena conversación. Siempre y cuando no tenga alguna reunión con su grupo de debate.


Cuando voy al sur por ejemplo, mis jaquecas desaparecen, el colon no es tema para mí. Comer huevos fritos frescos en la mañana es el manjar más maravilloso que jamás se haya probado. Despertar con los gallos es fenomenal. ¡Qué maravilla!


Ahora mismo mientras estoy escribiendo, hay una fiesta cerca de mi casa. El ruido que hay es atroz, mañana mi madre trabaja y se levanta temprano, cero respeto por el otro. Por eso no me gusta la vida en la ciudad. Nadie mira por el otro, ojalá hubiese un apagón para escuchar el silencio esperado por mí, mi madre y el resto de los vecinos.


Talvez parezca una mujer apática, pero es mi forma de ser, no me gusta el bullicio ni la vida apurada, soy una mujer que le gusta la tranquilidad al máximo.


Nos vemos señores, pronto escribiré como va mi dieta y mi intento en bajar de peso.


sábado, 24 de julio de 2010

Alerta, mi cuerpo me llama




El otro día me dieron ganas de comenzar a tomarme en serio el tema por bajar de peso.
En realidad estoy pasada de 30 kilos, cosa que me ha traído algunos problemillas como de salud y otros estéticos (si hasta pelos me han aparecido en lugares donde no deberían existir) Así que ha sonado mi alarma . Con ello me he dado cuenta que se me ha ido las ganas de arreglarme un poquillo también.
Siento que me he dejado estar, mi pelo ya no brilla como antes, no me siento liviana, no corro tan fuerte para alcanzar el bus que me lleva al trabajo. No me encuentro lo suficientemente bonita como antes. Soy una mujer, nada de fea pero como que me dejé de lado.
Así es que como dice el famoso dicho: EL LUNES EMPIEZO MI DIETA, y por supuesto el deporte.
Qué rico es sentirse sana y liviana, lo sé porque en una oportunidad así me sentí.
Así que los utensilios para comenzar que necesito son:
-Una cuerda para saltar, me encanta ese ejercicio, además que me recordará cuando era niña.
-Cremitas reductoras
-Una pesa
-Ropa deportiva
-Mucha fruta, mucha agua, un hilo de pescar para coserme la boca (broma).

Quiero sentirme bien físicamente. Ya es hora, antes de entrar en los 30 digo yo.
Además hay que estar bonita también para la persona que tenemos al lado, porque así es re fácil que miren para el lado, ya que los hombres son personas bicefálicos, y siempre es más verde el pasto del vecino, entonces hay que saber mantenerse bella y guapa tanto para mi hombre como para mí. Si hay tanta ropa bonita y accesorios que de repente a una que tiene varios kilos de más no nos veríamos bien. Otra cosa, viene un matrimonio (que para variar no es el mio) y debo estar bien para ese acontecimiento, no quiero vestir de negro para disimular el estómago, la grasita que sobra y todas esas cosas que el espejo recuerda de vez en cuando.
En fin, a ponerle el hombro para alcanzar ese objetivo, bajar de peso, pero en forma gradual y como debe ser, ordenándome en las comidas, el ejercicio y ordenar mi mente.