lunes, 1 de noviembre de 2010

Y estoy sola ahora

¿Tanto ha cambiado el mundo en casi 5 años?. Hace tiempo que no caminaba sola por las calles, tomar el metro sola, servirme un café de esos que nos gustaba.
El otro día llovió acá en Santiago, y en mí un revoltijo de sentimientos y sensaciones. Te extrañé demasiado.
Que loco, también siento que nos hacía falta la separación, el respirar por nuestra cuenta, hacer las cosas sin pensar en el qué pensará el otro. Tal vez es para mejor.
No he llorado nada, gente que conozco me ha dicho que llore, que me desahogue, pero no puedo. A lo cliché he escuchado canciones de esas que llegan y nada... ups! quizás estaba ya agotada y a veces lo siento así.
Me tenían cansadas las discusiones, sentirme obligada a ir a tu casa, mientras él trabajaba en su PC o veía televisión, participar en ciertas celebraciones familiares ya no me hacían gracia... no tenía ganas de seguir, si, eso es verdad. No me importaban sus amistades, sus temas. Me sentía con el cinturón en el cuello en muchas oportunidades.
Han pasado los dias, y estoy empezando a extrañarte, no sé en realidad si esto será un alejamiento temporal o un adiós para siempre. No he recibido tus llamadas ni yo lo haré. Quiero que pase agua bajo el puente, que pasen cosas, que nos pasen cosas y siempre deseándote que te pasen las más bonitas y extraordinarias cosas para tu vida, mientras yo seguiré tratando de crecer como persona, levantándome temprano, fumando como chimenea y dejándo que el rio siga su cause si más ni más.
Me dicen que mire alrededor, que busque, que esto y lo otro pero...¿Cómo hacerlos entender que no estoy para eso aún? Cuando a una la dejan (por lo menos yo) no ando buscando estar con otra persona inmediatamente, quedé cansada, talvez un poco desilusionada de muchas cosas. Me molesta en ocasiones ver a esas parejas taaaaaaaaaan cuchi cuchi (no los soporto) tal vez quedé así porque en mi relación con J eso no existía. Debo reconciliarme conmigo misma, encontrar la hermosura que perdí, porque debo asumir que dejé de quererme, de cuidarme, de sentirme rica e inteligente. Ya estoy llegando a los 30 y lo quiero hacer con dignidad y con las ganas de una chiquilla de 20, cuando creía que tenía el mundo a mis pies...

Mientras tanto voy a tomar un vaso de agua con mucho hielo, porque hoy hace un calor que me lleva.