De regreso en Santiago II

Bello atardecer en Futrono...

este bello paisaje nos recibió al llegar al paraiso como lo nombré, en realidad para mí, el sur de Chile es el paraiso, personalmente hablando, todo tan bello, azúl es el azúl, verde el verde, los colores vivos, en esta foto los colores dorados están a simple vista.

Con Jorge mi novio, paseamos por estos lugares llenos de magia, de gente buena y encantadora, gozamos en las noches estrelladas y algo frias, tan bello, tan hermoso todo...

El reencontrarme en los ojos de mi amado, el sentir que éramos uno, que dependíamos del otro, amigos, déjenme decirles que es maravilloso, sentirnos en la carretera únicos, sentir que el sol a ambos nos quemaba por igual (debo mencionar que nosotros nos movimos mochileando por el sur) esa sensación de saberse uno es inexplicable...

Sentarse en la orilla del camino bajo un sauce, abrazarse y besarse con los labios secos por la deshidratación, pero con el sentimiento a flor de piel de estar juntos por siempre, es algo maravilloso.

La luna de Futrono es gigantezca y hermosa, alumbra excesivamente el cielo, las aguas del lago Ranco, luego al amanecer las nubes amenazantes de lluvia, las papas de cáscaras moradas, la camita calientita de la cabaña de cuentos que arrendamos, el mango sour y la copa de vino que nos tomamos, para luego caer borrachos de amor en el lecho y nos sentimos, nos abrazamos, nos acariciamos, nos amamos...con el relajo de los aires del sur, el café con tostadas recién hechas por las mañanas, el beso del buenos dias.

Futrono, llegamos ahí por un amigo camionero, que nos dice: "Chiquillos, Futrono es hermoso, queda a 2 horas de Valdivia, hacia la cordillera, se los recomiendo". Y ahi fuimos.

Cómo olvidar aquella estadía, del viaje aquel, de su gente, del amor, si... del amor.

Saludos a todos, y les recomiendo Futrono, si pueden ir acompañados pues mucho mejor, y si no es así, es el lugar perfecto para reencontrarse con uno mismo.

Un beso a todos.

Verónica.-